TERAPIA FAMILIAR

Hay veces que tratar de forma aislada a una persona, es poco efectivo. Intervenir con la terapia familiar genera mayor ayuda y cambio real. Hay muchos factores del entorno familiar que se dan y que generan que se mantengan malestar psicológico en uno o varios miembros de la familia.
Todos en nuestras familias, ocupamos un lugar y ejercemos un rol relacional.

Justamente por ejercer este tipo de relaciones, creamos entre todos unos lazos invisibles y nos unimos como los hilos de la tela de araña. Esas relaciones pueden favorecer el buen desarrollo, emociones agradables cómo: el sentimiento de pertenencia, sentirnos apoyados, sentimiento de libertad, …Pero hay otras veces, que justamente esos mismos hilos, crean que uno o más miembros de la familia no se puedan mover con comodidad y de ahí que surjan los malos entendidos, mala convivencia, y al final incluso, los síntomas psicológicos como; trastornos alimentarios (anorexia, bulimia, atracones…) ansiedad, tristeza, adicciones, miedos, obsesiones… En estas situaciones, la Terapia Familiar se recomienda para volver a generar el equilibrio que necesita cualquier sistema.